Estamos entrando en Septiembre, los días son mucho más cortos y poco a poco las temperaturas empiezan a descender y esto nos indica que debemos empezar a prepararnos y preparar nuestros árboles para pasar el invierno así evitaremos tener pérdidas a causa de los rigores del invierno.
Empezaremos a espaciar los riegos, abonaremos nuestros arbolitos con preparados que contengan menos nitrógeno y sean más ricos en fósforo y potasio.
Este abono fortalecerá las raíces de cara al invierno que se avecina y en esta época el almacenamiento de reservas es la máxima prioridad de la planta.
En este tiempo y adentrándose ya en octubre algunas especies tienen un nuevo pico de crecimiento que deberemos controlar con pinzados constantes.
El otoño supone una época ideal para el trasplante de árboles, sobre todo los de hoja perenne, como pueden ser los pinos, tejos, cedros, juníperos, etc. Es también época para alambrar, podar, realizar trabajos de madera seca y todos aquellos trabajos que más nos gustan y más nos enredan a los que disfrutamos de este arte.
Es el momento de empezar a modelar esos plantones que tenemos acondicionando desde la primavera.
Es un momento de gran actividad, y es justo en esta época cuando podemos disfrutar de los colores del otoño con sus ocres y sus tonos rojizos.
Entrado noviembre los arboles de hoja caduca empezaran a perder su follaje, en este momento empezaremos a reducir el abonado y para finales de este mes de noviembre miraremos los acodos que realizamos en primavera y si tenemos suficientes raíces procederemos a su separación y suspenderemos el abonado de nuestros arboles. Es esta la mejor época para trabajar los pinos y proceder a quitar agujas.
Es el tiempo de aplicar el aceite de invierno, para acabar con los huevos depositados en la estación anterior.
Con todo este hacer, llegamos al mes de diciembre y con el llegaran los fríos más intensos, regaremos mucho menos y lo haremos preferentemente por la mañana, así cuando llegue el frio intenso de la noche evitaremos que se congele el agua, prepararemos el lugar donde resguardaremos nuestros árboles.
Si podemos colocaremos nuestros árboles a resguardo de algún tipo de invernadero, no hace falta que sean cosas complicadas una buena caja de poliespan (corcho blanco) será un buen sitio para depositar en ella nuestro árbol pues el poliespan protegerá del frio la vasija y evitara la congelación de las raíces, otra protección puede ser envolver las vasijas en trapos para protegerlas del frio y no dejar que estén depositadas sobre el suelo siempre pondremos entre la vasija y el suelo algo de madera o alguna especie de mesita que evite el contacto del frio del suelo con la vasija, también se puede proteger con papel de ese de embalar que tiene pompitas pues el aire de esas pompas no dejara pasar el frio a nuestra planta, esto estará bien si tenemos pocos arbolitos, ni tenemos unos cuantos quizá unas estanterías cubiertas con un plástico grueso que deje pasar la luz y evite que entre el aire frio será suficiente, o los invernaderos esos que hay en el mercado que sirven como estanterías en verano y en invierno se les pone una funda plástica que se cierra por medio de unas cremalleras, aquí estarán a resguardo del viento del frio y mantendrán humedad, por lo que no será necesario que los reguemos más que de vez en cuando.
Tanto desde finales de diciembre como en enero las heladas nocturnas nos pueden jugar malas pasadas, observaremos bien que los agujeros de drenaje de nuestros arboles estén en condiciones para que no acumulen agua que se podría congelar con los fríos y provocar la muerte de las raíces.
Así poco a poco llegaremos a febrero el invierno estará a punto de terminar y con un poco de trabajo y una buena preparación para el invierno no tendremos perdidas y pronto empezaran a despuntar los nuevos brotes.
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Empezaremos a espaciar los riegos, abonaremos nuestros arbolitos con preparados que contengan menos nitrógeno y sean más ricos en fósforo y potasio.
Este abono fortalecerá las raíces de cara al invierno que se avecina y en esta época el almacenamiento de reservas es la máxima prioridad de la planta.
En este tiempo y adentrándose ya en octubre algunas especies tienen un nuevo pico de crecimiento que deberemos controlar con pinzados constantes.
El otoño supone una época ideal para el trasplante de árboles, sobre todo los de hoja perenne, como pueden ser los pinos, tejos, cedros, juníperos, etc. Es también época para alambrar, podar, realizar trabajos de madera seca y todos aquellos trabajos que más nos gustan y más nos enredan a los que disfrutamos de este arte.
Es el momento de empezar a modelar esos plantones que tenemos acondicionando desde la primavera.
Es un momento de gran actividad, y es justo en esta época cuando podemos disfrutar de los colores del otoño con sus ocres y sus tonos rojizos.
Entrado noviembre los arboles de hoja caduca empezaran a perder su follaje, en este momento empezaremos a reducir el abonado y para finales de este mes de noviembre miraremos los acodos que realizamos en primavera y si tenemos suficientes raíces procederemos a su separación y suspenderemos el abonado de nuestros arboles. Es esta la mejor época para trabajar los pinos y proceder a quitar agujas.
Es el tiempo de aplicar el aceite de invierno, para acabar con los huevos depositados en la estación anterior.
Con todo este hacer, llegamos al mes de diciembre y con el llegaran los fríos más intensos, regaremos mucho menos y lo haremos preferentemente por la mañana, así cuando llegue el frio intenso de la noche evitaremos que se congele el agua, prepararemos el lugar donde resguardaremos nuestros árboles.
Si podemos colocaremos nuestros árboles a resguardo de algún tipo de invernadero, no hace falta que sean cosas complicadas una buena caja de poliespan (corcho blanco) será un buen sitio para depositar en ella nuestro árbol pues el poliespan protegerá del frio la vasija y evitara la congelación de las raíces, otra protección puede ser envolver las vasijas en trapos para protegerlas del frio y no dejar que estén depositadas sobre el suelo siempre pondremos entre la vasija y el suelo algo de madera o alguna especie de mesita que evite el contacto del frio del suelo con la vasija, también se puede proteger con papel de ese de embalar que tiene pompitas pues el aire de esas pompas no dejara pasar el frio a nuestra planta, esto estará bien si tenemos pocos arbolitos, ni tenemos unos cuantos quizá unas estanterías cubiertas con un plástico grueso que deje pasar la luz y evite que entre el aire frio será suficiente, o los invernaderos esos que hay en el mercado que sirven como estanterías en verano y en invierno se les pone una funda plástica que se cierra por medio de unas cremalleras, aquí estarán a resguardo del viento del frio y mantendrán humedad, por lo que no será necesario que los reguemos más que de vez en cuando.
Tanto desde finales de diciembre como en enero las heladas nocturnas nos pueden jugar malas pasadas, observaremos bien que los agujeros de drenaje de nuestros arboles estén en condiciones para que no acumulen agua que se podría congelar con los fríos y provocar la muerte de las raíces.
Así poco a poco llegaremos a febrero el invierno estará a punto de terminar y con un poco de trabajo y una buena preparación para el invierno no tendremos perdidas y pronto empezaran a despuntar los nuevos brotes.
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