Se entiende por repicado a la supresión de parte del sistema radical para forzar a este o estimular su ramificación favoreciendo las condiciones y éxito del trasplante.
Operación consistente en sacar las plantas de su contenedor y recortarles ligeramente las puntas de las raíces, con el fin de que éstas ramifiquen y formen así un sistema radicular mayor y más homogéneo, dando así una planta de más calidad.
Para ello se riega el substrato, para ablandarlo y hacer más fácil la extracción de las plantitas con el menor daño a las raíces. Con ayuda de un palito, se ahueca el substrato cerca de la plantita y, sujetando ésta con delicadeza por una hoja (jamás por el tallo) se extrae del semillero.
Muchas veces se usa, incorrectamente, repicado como sinónimo de trasplante. Sin embargo en el caso de los semilleros se puede considerar que sí lo es, pues al sacar las plantitas de su sitio, se rompen parte de las raíces.
Cuando las plantitas tengan un par de hojas verdaderas (no los cotiledones que salen nada más germinar), se trasplantan a macetas individuales o envases de yogur con un agujero de drenaje.
También se usa los cartones donde se trasportan los huevos o cualquier recipiente pequeño para que no pasen sed, son pequeñitas y delicadas.
Una vez repuestas del repicado, deberán pasar poco a poco a condiciones menos protegidas, para que se endurezcan y, al final, ocupen un sitio en tu terraza o jardín
Las plantitas se pondrán en macetitas, con un substrato adecuado a su especie. Si bien las más resistentes se pueden poner ya en su sitio definitivo (mejor si se les pone los primeros días una sombra). Inmediatamente se deben regar abundamente y colocarlas en lugar luminoso.
Una vez pasados 5-7 días se pueden sacar al exterior, al sol (según las necesidades de la especie) y comenzar a abonar. Para ello conviene usar un abono complejo de rápida liberación y rico en nitrógeno.
Una vez que las plantitas de las macetitas han alcanzado un buen desarrollo, esto es, cuando el sistema radicular ocupa todo el substrato, se pueden plantar en el sitio definitivo.
¿Por qué hay que repicar?
Ofrece varias ventajas:
1°, el hecho de cortar/romper las raíces en el transcurso de esta operación favorece la formación de abundantes ramificaciones, lo que proporciona a la planta un mejor sistema radicular
2°, permite una siembra abundante en poco espacio, y la posterior selección de las plántulas más hermosas
3°, da la posibilidad de hacer la siembra en condiciones especiales (en interior y en caliente, por ejemplo), y de hacer el repicado sólo cuando las condiciones del exterior sean favorables.
4°, el repicado permite utilizar un sustrato diferente para la siembra (sustrato estéril y ligero) y para el cultivo (sustrato más rico por ejemplo).
El repicado resulta estresante para la planta. Por ello, habrá que proceder con cuidado de no estropear las raíces de las plántulas, y no olvidarse de regarlas una vez terminado el proceso.
[img][Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen][/img]
Operación consistente en sacar las plantas de su contenedor y recortarles ligeramente las puntas de las raíces, con el fin de que éstas ramifiquen y formen así un sistema radicular mayor y más homogéneo, dando así una planta de más calidad.
Para ello se riega el substrato, para ablandarlo y hacer más fácil la extracción de las plantitas con el menor daño a las raíces. Con ayuda de un palito, se ahueca el substrato cerca de la plantita y, sujetando ésta con delicadeza por una hoja (jamás por el tallo) se extrae del semillero.
Muchas veces se usa, incorrectamente, repicado como sinónimo de trasplante. Sin embargo en el caso de los semilleros se puede considerar que sí lo es, pues al sacar las plantitas de su sitio, se rompen parte de las raíces.
Cuando las plantitas tengan un par de hojas verdaderas (no los cotiledones que salen nada más germinar), se trasplantan a macetas individuales o envases de yogur con un agujero de drenaje.
También se usa los cartones donde se trasportan los huevos o cualquier recipiente pequeño para que no pasen sed, son pequeñitas y delicadas.
Una vez repuestas del repicado, deberán pasar poco a poco a condiciones menos protegidas, para que se endurezcan y, al final, ocupen un sitio en tu terraza o jardín
Las plantitas se pondrán en macetitas, con un substrato adecuado a su especie. Si bien las más resistentes se pueden poner ya en su sitio definitivo (mejor si se les pone los primeros días una sombra). Inmediatamente se deben regar abundamente y colocarlas en lugar luminoso.
Una vez pasados 5-7 días se pueden sacar al exterior, al sol (según las necesidades de la especie) y comenzar a abonar. Para ello conviene usar un abono complejo de rápida liberación y rico en nitrógeno.
Una vez que las plantitas de las macetitas han alcanzado un buen desarrollo, esto es, cuando el sistema radicular ocupa todo el substrato, se pueden plantar en el sitio definitivo.
¿Por qué hay que repicar?
Ofrece varias ventajas:
1°, el hecho de cortar/romper las raíces en el transcurso de esta operación favorece la formación de abundantes ramificaciones, lo que proporciona a la planta un mejor sistema radicular
2°, permite una siembra abundante en poco espacio, y la posterior selección de las plántulas más hermosas
3°, da la posibilidad de hacer la siembra en condiciones especiales (en interior y en caliente, por ejemplo), y de hacer el repicado sólo cuando las condiciones del exterior sean favorables.
4°, el repicado permite utilizar un sustrato diferente para la siembra (sustrato estéril y ligero) y para el cultivo (sustrato más rico por ejemplo).
El repicado resulta estresante para la planta. Por ello, habrá que proceder con cuidado de no estropear las raíces de las plántulas, y no olvidarse de regarlas una vez terminado el proceso.
[img][Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen][/img]